Rambo, regreso al infierno
Sylvester Stallone después de 26 años vuelve a escribir el guión basado en el personaje creado por David Morrel, haciendo también un trabajo impecable desde la dirección, y como resultado, esta 4ta entrega se transforma en un viaje intenso y sin dudas una de las mejores de la franquicia.
Rambo no defrauda en cuanto a lo que el espectador espera de una película del veterano de Vietnam, una cruda violencia donde se ven volar y explotar cabezas, desmembramientos de todo tipo, tripas volando exparcidas por los aires con un alto nivel de realismo, sumado a un sonido apabullante que sacude la sala del cine.
El film con una historia mas que sencilla, se sitúa en Birmania, presa de una salvaje dictadura militar desde hace años, donde Rambo deberá acudir al rescate junto a un puñado de mercenarios contratados, de un grupo de ilusos humanistas que casi rozan con el ridículo, capturados por el ejercito Birmano. Como resultado la seguidilla de muertes es tan pronunciada que me animo a decir que se rompen todos los récords de personas asesinadas en una película.
El largometraje delata un importante trabajo de producción y una evidente búsqueda por aminorar gastos puesto que la filmación cuenta con escasos puntos de locación.
El reparto que acompaña a Stallone no desentona, a pesar de no contar con ningún actor reconocido, todos cumplen y colaboran para el buen resultado de la película.
Rambo es una historia sobre violencia, y sobre lo fácil que es ignorarla, la película no se guarda nada y nos muestra lo salvaje que es el mundo en que vivimos.
En conclusión, la excitación y la nostalgia que ocasionan las apariciones de Rambo en escenas que nos harán recordar porque amamos este personaje están a la orden del día, su arco y flecha, sus trampas, su temperamento, el machete mas grande que nunca y el clásico uno contra todos. Vale mencionar también los aportes de flashbacks que hace el film, con fracciones de las 3 películas anteriores que nos hacen piantar un lagrimon de nuestra época ochentosa.
Producciones como esta le devuelven vida a un genero bastante maltratado en los últimos tiempos y hasta les da una clase soberbia a los productores y directores de hoy día de como realizar una película de acción.
Con 62 años Sly demuestra que todavía tiene cuerda para afrontar el personaje sin caer en el ridículo y con el rumor de una quinta película en camino, podemos esperar todavía mas de este icono del cine con el pochoclo a mano.
Gracias por la magia Sly.
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